En nuestra práctica forense, y ante el silencio de nuestra Ley de Enjuiciamiento Criminal, el acusado se sitúa durante su juicio frente al tribunal, en el banquillo, y lejos de su abogado defensor. Esta situación, contraria a las previsiones de la Ley Orgánica del Tribunal del Jurado y a la práctica de otros ordenamientos de nuestro entorno, dificulta en muchas ocasiones la prestación de una defensa con las máximas garantías. En su reciente Sentencia Nº 167/2021, el Tribunal Supremo propugna un cambio de paradigma: que el acusado siempre se siente al lado de su abogado, en toda clase de juicios penales. Sobre este tema me pronuncio en un reciente artículo.