Una de las medidas más habituales que puede padecer el investigado es la obligación de comparecer periódicamente ante el Juzgado, con el fin de garantizar su sujeción al proceso. Dependiendo de la periodicidad con la que se le imponga la obligación, puede llegar a resultar destacadamente gravosa, especialmente por la ausencia de parámetros claros a la hora de establecer y modificar su frecuencia (diaria, semanal, quincenal, mensual, etc.). Sobre esta cuestión me pronuncio en un artículo publicado en Legal Today.