Sucede en ocasiones que una persona, a quien no se le imputan responsabilidades civiles ni penales, pero que tampoco puede ser considerada perjudicada u ofendida por el delito, se vea envuelta en un proceso penal. Esto puede suceder porque se acuerde el decomiso de uno de sus bienes o una medida cautelar en su contra. Sobre esta situación me pronuncio en un reciente artículo.